TERESA DEL VALLE ANTROPÓLOGA Y PREMIO EMAKUNDE 2010
“Hay una fuerte ideología de la igualdad, pero las prácticas no van acordes a ella”
DONOSTIA. Atareada y reflexiva como siempre, la donostiarra Teresa del Valle ha sido elegida por su trayectoria académica, investigadora y divulgadora en favor de la igualdad como la mujer totémica que representa y asume la reorientación global y social que situaría al género femenino en equilibrio. La transición hacia esa armonía está ahí, reconoce, “aunque el proceso va lento. Todavía no somos una sociedad que fluye”, recapacitaba ayer.
Un galardón a una trayectoria profesional dentro y fuera de Euskal Herria, pero siempre desde una perspectiva de género…
Es una panorámica de mi trabajo en pro de la igualdad desde el saber, desde la Antropología Social, que me apasiona, y desde las orientaciones que han surgido desde los años setenta de la llamada crítica feminista, cuya base es conocer cómo las diferencias se convierten en desigualdades.
En su currículum indica que comenzó sus trabajos en Micronesia.
Fue una opción personal. Entré en la congregación de las Mercerdarias de Berriz. Estuve en la Universidad de Guam y luego pasé a Estados Unidos. Tuve la oportunidad de conocer y valorar otros mundos que me han dejado huella.
En una escala de 0 a 10, ¿cómo situaría a la sociedad vasca desde el punto de vista de igualdad?
La cosa está chunguilla. Aunque hay una fuerte ideología de la igualdad, las prácticas no van acordes con esa ideología. Se está dando un proceso de transición, pero va lento. Todavía estamos muy lejos de países más avanzados a los que miramos desde lo político o económico. Una prueba es el índice tan bajo de reemplazo demográfico porque es muy difícil para la gente joven que pueda conciliar su preparación y deseos de estar en el mercado de trabajo con el sobresfuerzo que supone. Todavía no somos una sociedad que fluye.
El tema de la conciliación cada vez resuena más.
Este tema tiene que tomarse con responsabilidad política. La reproducción de la especie no es algo individual sino que supone una responsabilidad colectiva.
El matriarcado vasco ¿qué influencia ha tenido en todo este proceso?
A mi entender, negativa. Las mismas mujeres diferencian entre responsabilidad y poder. La responsabilidad no necesariamente significa poder.
¿Se muestra optimista y cree que el cambio llegará algún día?
Sí, en la medida en que seamos una sociedad inteligente para ver que la sociedad que vivimos no nos va a llevar a ninguna parte. No podemos seguir poniendo el peso en las mujeres. Es necesario un replanteamiento; nos falta innovación social en ese sentido: ver cómo podemos ser una sociedad que avanza en ese nivel y que los hombres se consideren responsables y que disfruten de ejercer esas responsabilidades. Dependerá de que nos impliquemos y que sepamos que es responsabilidad de todos y todas.
12 de gener 2011